Los hombres que no amaban a las mujeres


Autor: Stieg Larsson.

Suecia 1954- 2004

Títulos de la triología Milenium:

Los hombres que no amaban a las mujeres. Enero 2009 (13ª ed.)

ISBN: 978-84-233-4044-6.

La chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina. Diciembre 2008 ( 5ª ed.)

ISBN: 978-84-233-4100-9.


La reina en el palacio de las corrientes de aire. Junio 2009 ( 1ª ed.)

ISBN: 978-84-233-4161-0.

Ediciones Destino.

Cubierta: Gino Rubert






Murio de un infarto pocos días después de entregar la tercera parte de la triología Milenium y antes de ver publicada la primera parte, tras subir a su apartamento, un cuarto piso, por las escaleras porque el ascensor estaba averiado.

En la adolescencia un hecho que marco su vida fué que durante un campamento fue testigo de la violación de una chica por parte de sus amigos. Días más tarde se la cruzó por la calle y se acercó a pedirle perdón por no haberlo evitado, pero ella le rechazó. Siempre se sintió culpable. Le marcó y quizá por eso siempre fue un feminista convencido.






De la triología lo único que se puede decir es que hay que leer los libros, dejarse llevar por sus dos personajes principales: el periodista Mikael Blomkvist y la investigadora Lisbeth Salander por un mundo irracional, amoral y desgarrador.




"Llegamos a tener cuarenta mil empleados en Suecia; generamos empleo e ingresos para todo el país. En la actualidad la mayoria de esos puestos de trabajo está en Corea o Brasil. Hoy contamos con unos diez mil empleados y dentro de uno o dos años, a no ser que Martin levante el vuelo, tal vez bajemos a cinco mil, fundamentalmente, en pequeñas fabricas. En otras palabras: las empresas Vanger están a punto de ser enviadas al vertedero de la historia."





"- Fue el 22 de septiembre de 1966. Harriet tenía dieciséis años y acaba de empezar su segundo año en el instituto. Era sabado y se convirtio en el peor día de mi vida. He repasado los acontecimientos de aquella jornada tantas veces que creo que podría dar cuenta minuto a minuto de lo sucedido; de todo menos de lo más importante.
Con la mano extendida, realizó un amplio gesto, como si barriera el aire."

 





"Por la tarde fue a H&M y a KappAhl y renovo su vestuario. Se hizo con un fondo de armario compuesto por pantalones, vaqueros, jers´´eis y calcetines. No le interesaba la ropa de marca, pero sintio cierto placer en poder comprar, sin pestañear, media docena de vaqueros. La compra más extravagante la hizo en Twifit, donde adquirio un gran número de bragas y sujetadores a juego. Se trataba, de nuevo, de prendas básicas pero, después de media hora buscando con cierta verguenza, también cogió un conjunto que le pareció sexy o incluso "porno", y que antes nunca se le habría pasado por la cabeza comprar. Cuando , esa misma noche, se lo probó, se sintió una escualida y tatuada chica vestida con una grotesca indumentaria. Se lo quito todo y lo tiró a la basura."








"A Gullberg no le cabía la menor duda de que Zalachenko era un puto enfermo, pero no le quedaba más alternativa: no contaba precisamente con un montón de agentes desertores del GRU entre los que elegir. Sólo tenía a uno, quién, además, era muy conciente de lo que significaba para él.
A Gullberg suspiró. El grupo de Zalachenco había adquirido el papel de empresa de limpieza. Era un hecho innegable. Zalachenco sabía que se podía permitir ciertas libertades y que ellos lo sacarían de cualquier aprieto. Y cuando se trataba de Agneta Sofia Salander se aprovechaba de eso hasta limites insospechados.

Suspiró, conectó su laptop y abrió el correo electrónico. Había recibido diecinueve correos. Cuatro de ellos eran spam de alguien que quería (1) que comprara Viagra, (2) ofrecerme cyberxeso con the sexies Lolitas on the net a cambio de una modesta suma de cuatro dólares americanos por minuto, (3) hacerle una oferta algo más fuerte de Animal sex, the Juiciest Horse Fuck in the Universe, y (4) que se suscribiera a mode.nu, un newsletter producido por una empresa basura que inundaba el mercado de anuncios y que no paraba de mandar esa mierda por mucho que ella les avisara de que no le interesaban sus ofertas promocionales."